A sangre y fuego: la violencia en Antioquia, Colombia, 1946 - 1953.
Entre 1946 y 1966 una escalada de violencia en Colombia dejó 200.000 muertos, en uno de los peores conflictos de la historia del hemisferio occidental. Los primeros siete años de este período de terror conocido como la Violencia constituyen el tema de A sangre y fuego. Tradicionalmente, los estudiosos han asumido que el partidismo fue el motor de la Violencia. Pero mediante un recuento matizado de las motivaciones históricas y culturales que están detrás del fratricidio, la autora pone en tela de juicio las conclusiones de trabajos anteriores sobre el tema. Si bien reconoce que la animosidad partidista jugó un papel importante en la desintegración de un discurso civilista que pasó a ser violento, argumenta que los conflictos políticos convencionales se intensificaron a causa de otros intereses.
Mediante un análisis de la evolución de la violencia en Antioquia, que en la época era la región más rica y diversa (en términos económicos) de Colombia, se demuestra la manera como se combinaron tensiones entre la política regional y el débil Estado central, diversas formas de prejuicio social y procesos de desarrollo económico, para convertir a la violencia en un modo predilecto de acción política. La privatización de la violencia estatal –que pasó a concentrarse en unidades paramilitares- y el surgimiento de movimientos armados de resistencia tuvieron un horrendo costo para la vida cívica colombiana, y estos procesos continúan invadiendo el país.
Este libro muestra cómo la violencia antioqueña fue selectiva y concentrada, teniendo su efecto más mortífero en aquellas zonas periféricas donde la colonización reciente, los valiosos recursos naturales, el sutil y al mismo tiempo marcado poder del Estado, y la percepción de diferencias culturales, jugaron un papel decisivo en la escalada de la violencia, tanto oficial como particular.
La lectura de los hechos históricos sugiere que la experiencia antioqueña de la Violencia fue resultado de un cierto tipo de colonialismo interno en el cual la formación de una identidad regional basada en supuestos de superioridad cultural, fue utilizada para justificar la violencia contra “otros” raciales o étnicos y sirvió como pretexto para usurpar tierras y recursos naturales. A sangre y fuego demuestra que, lejos de ser una peculiaridad colombiana, la Violencia fue una consecuencia lógica del desarrollo capitalista y la formación del Estado en el mundo moderno.