“Este libro ofrece un vivido retrato de algunos de los factores que ayudan a acortar las distancias sociales en la sociedad antioqueña entre 1850 y 1930, un periodo de crecimiento económico y relativa estabilidad social en esta región.

Su hilo conductor es el examen de la creación y funcionamiento de cerca de mil grupos, asociaciones voluntarias y entidades que florecieron en ese lapso, congregando a un creciente número de antioqueños de diverso origen social alrededor de prácticas religiosas, el ejercicio de la filantropía, la preocupación por la educación y la búsqueda del progreso cultural, todo ello en pos de la ansiada “civilización”, según cánones europeos vigentes en esa época.

La paciente tarea de reconstruir esta densa sociabilidad ayudó a captar algunos cambios sutiles pero significativos ocurridos en el modo de ser y en el horizonte cultural de los antioqueños de ese entonces.
El texto comprende dos partes, cada una con varios capítulos. La primera presenta el papel de la religión y la iglesia católica que, después de los altibajos ocasionados por varios embates de reformas liberales a mediados del siglo XIX, experimento una notable expansión que continúo más allá de 1930, fin de la era conservadora. Esta parte examina en detalle el crecimiento y las funciones de un creciente número de diócesis y parroquias, cofradías y asociaciones de botas, la importación de decenas de congregaciones religiosas masculinas y femeninas de origen europeo, a las que se sumó la fundación de varias otras de origen local, creadas a imagen y semejanza de las anteriores, Y por último, el origen y las obras de cientos de entidades caritativas, respaldadas por la iniciativa privada y oficial.

Paradójicamente, durante el siglo XIX o “siglo de la secularización” como Europa y otros países occidentales, incluyendo América Latina presenciaron ciclos de vigoroso resurgimiento religioso, tanto católica como protestante, objeto de estudio recientes, quizás debido a la relevancia de los fenómenos religiosos en el mundo actual. La primera parte documental la expansión religiosa en el caso de Antioquia, una religión que a pesar de no haber tenido una iglesia rica ni poderosa en tiempos coloniales llegó a ser conocida desde el último cuarto del siglo XIX hasta mediados del XX como una de las regiones de más acentuada religiosidad en toda Colombia, país que a su vez era visto como uno de los más católicos del continente.

Con un sólido respaldo documental como el texto precisa cuándo, cómo, en cuáles zonas de Antioquia creció la Iglesia católica, un asunto que, con contadas excepciones, hasta hace poco recibió poca de atención de parte de las corrientes de la nueva historia, predominantes en esta disciplina desde los años sesenta. El impacto de la religión y de la iglesia, más allá del pronunciamiento de las jerarquías eclesiásticas es analizado en función del grado de la cohesión de la estructura social.

La segunda parte presenta la evolución y desarrollo en la educación pública y privada, y el surgimiento de una amplia gama de sociedades literarias, bibliotecas públicas, clubes sociales, ligas de temperancia, grupos cívicos, academias y bandas musicales creadas para mejorar la instrucción pública, la pedagogía, la urbanidad, la música “culta”, en fin, lo que es en ese entonces se considera proceso cultural.
Aunque obviamente la interacción social propiciada por la mencionada sociabilidad no abolió las clases sociales, incidió en el grado de integración social y alentó una visión optimista y constructiva. La descripción del dinamismo social y cultural, con el telón de fondo de la Iglesia Católica en crecimiento, familiar, cercana e innovadora en cuanto a formas de organización social, entre otras conclusiones, llevó a matizar la idea bastante difundida pero en verdad poco discutida de que la religión freno la modernización social y cultural en Antioquia.

El texto, inspirado en desarrollos recientes de la historiografía inglesa y francesa explora nuevas facetas de la religión, la política, la cultura y la vida social en Antioquia, desde la óptica de la vida diaria del común de la gente durante un periodo significativo del pasado, poco conocidas a pesar de la extensa historiografía disponible sobre esta región.

El estudio implica una vasta revisión de fuentes de primera mano entre las que figuran informes, actas y estatutos de las asociaciones en cuestión, estadísticas y prensa, diarios y memorias autobiográficas, relatos de viajeros, manuales de urbanidad, literatura costumbrista y otras publicaciones de la época, además de testimonios pictóricos tales como fotografías, caricaturas y grabados, fuera de una abundante bibliografía secundaria.”