¿Los movimientos sociales son lo que son, lo que dicen ser o lo que los analistas de izquierda o derecha creen que son? Esta pregunta final del libro resume el propósito y los resultados de la búsqueda recogida en sus páginas. Para responder a este interrogante, Mauricio Archila hace un balance de la discusión teórica sobre el tema; analiza luego la rica información empírica acumulada en los Bancos de datos del Cinep sobre las luchas sociales y finaliza con una reflexión sobre el sentido de la acción social colectiva, que concluye con una consideración ética en torno a la relación entre investigadores e investigados. A partir de una descripción no idealizada de episodios, actores y demandas de las luchas sociales entre 1958 y 1990, el autor intenta un análisis desde cuatro enfoques explicativos, que se van acumulando para ofrecer una mirada de conjunto sobre la historia social del periodo. Es un libro que simpatiza con los grupos sociales investigados, pero que mantiene la suficiente distancia como para hacer una lectura crítica del pasado de una Colombia que aún está por construir y que espera la decidida contribución de hombres y mujeres como los que figuran en sus páginas.

La investigación está acompañada de una cuidadosa reflexión sobre el oficio del historiador y las distintas posibilidades interpretativas a la hora de abordar el análisis del pasado, muchas veces haciendo uso de herramientas de otros campos de las ciencias sociales, como la filosofía, la antropología o la sociología, entre otras. El trabajo contiene, además, una actitud reflexiva sobre el papel del historiador y sus limitaciones.

La obra está fundamentada en una amplia y nutrida información recopilada cuidadosamente, analizada tanto de manera cuantitativa como cualitativa. Esta combinación de los datos de tipo estadístico con el análisis de su contexto se presenta de manera equilibrada y muestra la utilidad y, en ciertos casos, la necesidad de combinar recursos analíticos y recursos interpretativos de diversa índole.

La estructura del libro, la organización y desarrollo de los distintos capítulos muestran un gran esfuerzo de articulación, que si bien constituye un trabajo profundo y complejo, presenta sus argumentos con claridad y permite al lector recorrer sus casi 500 páginas sin dificultad, pero con la certeza de haber aprendido considerablemente sobre la situación social y política del país.

Además de su innegable valor científico, este libro es un trabajo de obvia pertinencia y utilidad para comprender las dinámicas históricas, culturales y políticas de un país con una realidad social tan difícil y compleja; tanto para los investigadores como para todos aquellos que se interesen por la historia social y política de Colombia, esta obra será una referencia obligada.