Biological foundations of speech perception: the extraction of rhytmic and stattistical regularities.
“Los humanos poseemos un sistema de comunicación extraordinariamente eficiente. Existe un número ilimitado de ideas que podemos expresar a través de él a partir de relativamente pocos elementos y comprendemos sin mayores esfuerzos lo que otros nos comunican, siempre y cuando lo hagan en un idioma que conozcamos. Más sorprendente aún es el hecho de que la habilidad para manejar el lenguaje aparece en nosotros sin que recibamos instrucción explícita alguna y se manifiesta en cualquiera que sea la modalidad que resulte más efectiva (oral, escrita, gestual). Durante el primer año de vida el bebé aprende a reconocer los fonemas adecuados a su lengua materna, el ritmo dominante de la misma y cuáles pueden ser las combinaciones válidas de sus sonidos; además adquiere un léxico que paulatinamente se va ampliando y extrae las reglas gramaticales básicas de orden y relaciones entre éstos elementos para su correcta organización. Pareciera como si el lenguaje brotara de nosotros. Pero ¿cómo lo hace? ¿Cuál es la naturaleza de los mecanismos implicados en la adquisición del lenguaje? La primera intuición es que la evolución nos ha dotado con una serie de mecanismos innatos altamente especializados en el procesamiento del input lingüístico. Esta idea se ve reforzada por el hecho de que cuando se observan otras especies de animales, se encuentra que éstas poseen a su vez sistemas de comunicación más o menos complejos, pero ninguno se equipara al lenguaje humano en su naturaleza combinatoria y recursiva. Pero si estos mecanismos son el resultado de un proceso evolutivo, debemos poder encontrar sus precursores en otros animales y al hacerlo, estaríamos aclarando mucho la forma en la que llegamos a tener esa marca de identidad de nuestra especie que es el lenguaje.
Cuando hablamos de rasgos anatómicos, nos resulta relativamente fácil establecer vínculos entre nosotros y otros animales (no es demasiado complicado ver relaciones entre nuestras manos y las de los monos). Sin embargo, observar este tipo de relaciones entre mecanismos cognitivos es menos obvio, especialmente si nos referimos a una facultad sin aparentes paralelos en el mundo animal, como la del lenguaje. El hecho de que el lenguaje humano sea tan especial, lo ha convertido en un área de intenso debate acerca de lo único y de lo compartido que tiene el ser humano. Lo que en el fondo se discute, es el grado de especialización de los mecanismos involucrados en el desarrollo y el manejo del lenguaje y cuales son aquellos mecanismos que han evolucionado exclusivamente en los humanos con fines específicamente lingüísticos, y cuales son de dominio general y compartimos con otros animales.
En el campo de la percepción fonética, diversos estudios han permitido realizar importantes avances que muestran cómo los procesos básicos de la percepción categórica y el efecto "imán", que fueron concebidos como exclusivos del lenguaje y únicamente humanos, son ampliamente compartidos a través de las especies. En esta misma línea, este estudio se centra en averiguar qué otras capacidades de uso aparentemente exclusivo en el terreno de la percepción lingüística humana compartimos con otros mamíferos. En definitiva, lo que queremos estudiar es cuál es la relación existente entre los mecanismos que utilizamos para la partición inicial del habla con los mecanismos ya existentes en otros animales que han sido desarrollados con fines no lingüísticos.”
Tomado del Resumen en español de la investigación sometida a la convocatoria.