Esta investigación trata sobre la escultura sagrada de pueblo chocó, habitante del litoral del Pacífico colombiano. En ella se analiza la estética y la historia de los chocoes y se explora su memoria escultórica espiritual. Al mismo tiempo, se muestra cómo el arte de las civilizaciones africanas está reflejado en la estética, la religión y los mitos del pueblo indígena chocó. Este documento revisa la región del litoral del Pacífico para conceptualizar de una manera diferente la cultura material chocó, a partir de un argumento que da cuenta de los valores culturales, espirituales y epistemológicos de los africanos y sus descendientes. Pone en su lugar el registro de la memoria de los hombres y mujeres arrancados del África y exportados a América por la trata esclavista.

Este trabajo reconoce la dimensión humana de los africanos esclavizados: seres con historia, con orígenes, con memoria, con sistemas de valores propios, con acervo cultural considerable y con una infinita riqueza estética. Contribuye a las acciones de reparación histórica y epistemológica debidas a los africanos y sus descendientes, de acuerdo con los lineamientos de la Conferencia mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia, celebrada en Durban (Sudáfrica) en 2001. Así mismo, al contar con los africanos y sus hijos y reexaminar su relación con los chocoes, quizás rectifique el discurso falaz sostenido hasta ahora sobre la diáspora africana, sobre el pueblo estudiado y sobre Colombia.

Esta investigación es merecedora del Premio Alejandro Ángel Escobar, porque, a juicio del jurado evaluador es una investigación rigurosamente documentada a través de textos, memoria y objetos la cual hace un recorrido fascinante por las relaciones interétnicas en el pacífico colombiano. Por medio del análisis riguroso de las fuentes, complementado por un minucioso estudio de la escultura sagrada, la obra pone de manifiesto la forma cómo diversas formas de pensamiento se pusieron en contacto después de la Conquista y también la manera cómo, a partir de la convivencia diaria, se crearon vínculos entre indígenas y afrodescendientes que hasta ahora han sido insospechados, o al menos poco documentados. La obra rescata además, el patrimonio cultural de esta importante y abandonada región de Colombia, descubriendo una rica dimensión de conexiones culturales que rebasa los estrechos límites de la comunidad o el grupo étnico. A través de la investigación, se abren puertas de nuevos análisis que contribuirán a integrar la existente tradición de estudios sobre iconografía indígena, africana y también europea, con el consecuente mejor entendimiento de nuestra diversidad cultural.