Sostenibilidad de la economía campesina en el proceso Mercados Campesinos Colombia
Usualmente se guardan dos ideas sobre los campesinos y campesinas de Colombia y del mundo. La primera de ellas, presente en la sociedad, idealiza su oficio como ambiental y económicamente inocuo, mientras la segunda, presente en los grandes dirigentes del gobierno y en algunos empresarios privados, los juzga de arcaicos.
Ninguna de estas ideas corresponde a la realidad, el campesinado es ampliamente diverso y guarda en parte una racionalidad ecológica y económica fundamental para la sostenibilidad, inscribiendo incluso a la agricultura como una actividad económica rentable. Pero no hay que desconocer que “parte de” y “en parte” el campesinado ha sido permeado durante décadas por múltiples prácticas e insumos llegados desde procesos de extensión e investigación inapropiados.
Esta investigación, desarrollada a lo largo de un proceso de formación doctoral entre los años 2011 y 2014, evaluó que tan sostenibles son algunos sistemas de producción campesina que participan en Mercados Campesinos, uno de los pocos espacios que les permite visibilizarse en los territorios urbanos y comercializar sus productos de manera directa y con mejores beneficios.
Como resultado, de diez sistemas de producción evaluados en Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta, solo tres son sostenibles en lo económico y ecológico y generan suficiente alimento para autoabastecerse y alimentar a un gran número de familias urbanas, aunque su relevo generacional no es seguro. Las razones por las cuales estas familias son sostenibles incluyen la valoración de aspectos socioambientales de su entorno; la producción orgánica y ecológica; el trabajo familiar; la menor dependencia por insumos externos; el autoconsumo, la participación en Mercados Campesinos y otras redes de cooperación social; el procesamiento de alimentos; la pluriactividad y la racionalización de la mercantilización.
A raíz de estos resultados, como elementos de políticas públicas e iniciativas de resistencia, cooperación y movilización social para mantener y promover la racionalidad económica, ecológica e incluso social del campesinado, se proponen su revalorización y fortalecimiento, el acceso al territorio, la transición agroecológica y el desarrollo/fortalecimiento de sistemas agroalimentarios locales con mercados alternativos.
La recampesinización desde la transición agroecológica para la soberanía alimentaria, implica a su vez soberanía territorial, económica y cultural, ya que solo así se lograría la tan deseada transición hacia la gestión sostenible de los recursos naturales, que beneficia al sistema agroalimentario y a toda la economía, pero también generaría una transición a la justicia social con una forma de vida que presta un servicio invaluable a la humanidad desde su multifuncionalidad, pero que contrariamente a lo esperado, es la que más sufre de pobreza y marginalidad.