Libro rojo de aves de Colombia
La evaluación del riesgo de extinción es fundamental para la conservación de las especies. Estas evaluaciones se conocen como libros rojos y se basan en un sistema desarrollado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estos libros proveen una gran riqueza de información y sirven como soporte para definir prioridades de conservación, declaración de áreas protegidas, formular políticas, planes de manejo, asignar recursos y concientizar a la sociedad sobre la vulnerabilidad de la naturaleza. Evaluar periódicamente el riesgo de extinción es indispensable para monitorear el progreso o retroceso en el estado de las especies y por tanto de la efectividad de las políticas de conservación.
En esta obra evaluamos el riesgo de la totalidad de las especies de aves residentes en Colombia (residentes permanentes o durante una época del año). El libro está constituido por dos volúmenes. El primero, presenta los resultados para los bosques húmedos de los Andes y la costa pacífica. El segundo, evalúa las aves en los ecosistemas abiertos, secos, insulares, acuáticos continentales, marinos, tierras altas del Darién y Sierra Nevada de Santa Marta y bosques húmedos del centro, norte y oriente del país.
Esta es una obra única por los métodos utilizados y niveles de colaboración involucrados. En esta investigación la ciencia colaborativa o ciencia ciudadana jugó un papel importante. El estudio fue desarrollado en la Pontificia Universidad Javeriana durante 10 años con una colaboración institucional diversa: apoyo y financiación en los primeros años del Ministerio del Medio Ambiente y del Instituto Humboldt. El IDEAM nos compartió los datos de 40 años de la totalidad de la red meteorológica del país, los mapas de bosques y ecosistemas terrestres. La Red Nacional de Observadores de Aves (RNOA) y Conservación Internacional nos compartieron bases de datos de registros ornitológicos. Los métodos fueron retroalimentados por BirdLife International y UICN (oficinas de Quito y Cambridge). Y muy especialmente, se recibió la colaboración de la comunidad de ornitólogos y observadores de aves, a través de la lista de discusión de la RNOA.
Este libro contiene dos tipos de producción intelectual. La primera son las fichas síntesis de información de cada especie, las cuales fueron escritas por 155 colaboradores. Allí se recopila información publicada e inédita, útil para los análisis de riesgo. La segunda constituye el cuerpo de lo que es un libro rojo. Allí se desarrollaron los métodos, se obtuvieron parámetros numéricos utilizados en los análisis y se analizó el riesgo de cada especie (en la sección “Situación de la Especie”), se sintetizaron los resultados para todo el país y se enfatizó la responsabilidad que tienen las autoridades ambientales nacionales y regionales en tomar medidas que prevengan la extinción de las especies, en especial se instó a tomar medidas inmediatas para evitar la extinción las especies en peligro crítico, indicando cuál autoridad ambiental es responsable de las acciones para cada una de estas especies. Esta sección estuvo a cargo de los autores principales del libro, siete autores en el volumen 1 y cuatro en el volumen 2. Cada una de estas partes de la obra se citan autónomamente (cómo hacerlo se indica en la página legal de cada volumen).
Las evaluaciones de riesgo se hicieron siguiendo el sistema de criterios y categorías de la UICN. Los criterios cuantifican si está ocurriendo una rápida reducción del tamaño poblacional (Criterio A), si el área de distribución es pequeña y severamente fragmentada, y está en disminución (Criterio B), si la población es pequeña y está en disminución (Criterio C), si la población o la distribución es muy pequeña y hay una amenaza plausible (Criterio D). Las categorías en las cuales puede quedar una especie ya evaluada son: extinta (EX), extinta en vida silvestre (EW), en peligro crítico (CR), en peligro (EN), vulnerable (VU), casi amenazada (NT), datos insuficientes (DD) y en preocupación menor (LC). Las especies en las categorías CR, EN y VU son las amenazadas.
Para evaluar el riesgo de extinción, se hicieron estimaciones cuantitativas de distribución de las especies basadas en modelos de distribución. Para esto se generaron 19 capas de variables climáticas, se usaron registros biológicos y el software de modelamiento de nicho ecológico Maxent. Los modelos fueron refinados mediante la consideración de la cobertura vegetal y criterio experto. Para la obtención de capas de variables climáticas se interpolaron datos provenientes de la red de estaciones del IDEAM de cuatro décadas. Con los modelos de distribución se estimó el tamaño de distribución de cada especie. Con información multitemporal de la cobertura vegetal, dentro de la distribución de cada especie, se estimó la magnitud y velocidad de cambio en la extensión de los hábitats y de las poblaciones de las especies. También se estimó el tamaño poblacional de cada especie con base en estimaciones del área de ocupación y densidades poblacionales reportadas en la literatura. Una vez obtenidos estos parámetros se procedió a hacer el análisis de riesgo propiamente dicho para cada especie. Cuando una especie es endémica (es decir que solo existe en el país) su evaluación corresponde a una evaluación mundial y allí finaliza el proceso. Cuando no lo es, se requirió un ajuste de carácter regional dado que la probabilidad de extinción puede no ser independiente a la situación de la especie en países vecinos, para esto se utilizó el procedimiento desarrollado por UICN con ese fin.
Los resultados indican que en Colombia una especie está extinta (endémica), 140 están amenazadas (55 endémicas). De ellas 17 se encuentran en peligro crítico (9 endémicas), 56 en peligro (23 endémicas) y 67 vulnerables (23 endémicas). Además, 28 especies están casi amenazadas (3 endémicas) y 9 resultaron insuficientes de datos.
De 112 especies que se encontraban en alguna categoría de amenaza en el libro rojo de aves del año 2002, 54 (48%) permanecen en la misma categoría, 16 (14%) empeoraron de categoría y 36 (33%) mejoraron. De estas especies que mejoraron su estado de conservación, 11 (10%) dejaron de estar amenazadas (pasaron a NT o LC). Otras 27 especies entraron por primera vez a alguna categoría de amenaza (CR, EN, VU) y 7 pasaron de estar en la categoría de preocupación menor a estar casi amenazadas. Adicionalmente, encontramos que de las especies descritas como nuevas para la ciencia después del año 2002, ocho se encuentran amenazadas.